Subbotniks

El comienzo del año escolar 2018 estuvo acompañado por un evento alegre para la comunidad Subbotnik de Vysoki, Rusia: después de un largo receso, la escuela dominical volvió a abrir sus puertas para que los niños locales aprendieran formalmente la Torá y la tradición judía....

La semana pasada, el mundo judío celebró Shavuot, la festividad que marca la entrega de la Torá al pueblo judío en el Monte Sinaí, hace más de 3300 años atrás. Actualmente, se acostumbra a estar despierto toda la noche estudiando Torá, antes de ir a...

Pesach finalizó - la matzá ha sido puesta de lado hasta el año que viene y el pan nuevamente adorna nuestras mesas. Pero no pudimos resistirnos de compartir con ustedes algunas fotos que nos enviaron durante la festividad, las comunidades de Shavei Israel alrededor del...

A cientos de kilómetros al sur de Moscú, en el remoto corazón de Rusia, se encuentra uno de los testimonios más convincentes del poder de convocatoria de la identidad judía. Allí, en la pequeña y nevada aldea de Vysoki, los últimos remanentes de un grupo conocido como los sobotniks se aferran tenaz, pero débilmente, a la religión de Moisés e Israel. Si bien sus orígenes se pierden en la niebla del misterio, los sobotniks, y todo lo que representan, reclaman nuestra atención y nuestra ayuda. Hace más de dos siglos, un numeroso grupo de campesinos rusos de la región de Voronezh decidió convertirse al judaísmo, como parte de lo que los historiadores describen como una inexplicable ola de "sectas judaizantes" que aparecieron en el escenario teológico de ese país. Se los conoció como "sobotniks" por su observancia del Sobot, o Shabat, de los judíos. Si bien no queda claro por qué optaron por ser judíos, una cosa es cierta: se requería mucho coraje para desafiar el antisemitismo y la oprimente discriminación de la Rusia zarista, que difícilmente podía ser considerada como un bastión del filosemitismo. En verdad, desde sus mismos comienzos padecieron terriblemente por su decisión de ser judíos. Simon Dubnow, el gran historiador de la judería en Rusia y Polonia, señaló que los sobotniks llamaron la atención del zar por primera vez en 1817, cuando elevaron sus quejas por "la opresión que padecían a manos de las autoridades locales, tanto eclesiásticas como civiles, por profesar la fe mosaica". Pero el pedido tuvo un efecto contraproducente y despertó la ira del zar Alejandro I, que expulsó a miles de sobotniks a los confines más alejados del imperio.
Después de doce horas de viaje en tren desde Moscú, llegamos a la ciudad de Voronezh, al sur de Rusia. Desde allí viajamos tres horas más hasta la pequeña aldea de Vysochki, en donde encontré uno de los fenómenos más sorprendentes del mundo judío: los sobotniks. No hace falta explayarnos en la descripción de la aldea; bastará con decir que es un fiel reflejo del shtetl presentado en todos los relatos de Sholem Aleijem o S.Y. Agnon. La historia de los prosélitos sobotniks es la historia de la fe judía y su resistencia a lo largo del tiempo, en cualquier circunstancia o lugar. En el pasado, Vysochki era una aldea totalmente sobotnik, un auténtico shtetl en el que se preservaba el sábado y las festividades, se rezaba Shajarit, Minjá y Arvit, había un shojet, un mohel y todo lo necesario para llevar una vida judía. En 1970, el gobierno ruso intentó deshacer la trama judía del lugar y envió allí familias no judías, para que se radicaran en la aldea y dejaran su impronta sobre los habitantes de la misma. Hoy en día viven en Vysochki unas 1.200 personas; 900 de ellas son prosélitos sobotniks. En la CEI en general, y en algunas regiones apartadas de Rusia en particular, existen comunidades de sobotniks que se consideran judíos o, en realidad, rusos de fe mosaica. Con el paso del tiempo preservaron su judaísmo, tanto bajo el régimen zarista como en tiempos del gobierno comunista, más que muchas comunidades judías que tenían dificultades para hacerlo. Como es habitual en grupos de esas características, la población circundante los ve como judíos y no los respeta, sino que manifiesta abiertamente una actitud antisemita.

Rabbi Shlomo Zelig Avrasin has been appointed as the new emissary of the Shavei Israel organization to the Subbotnik Jews of Russia. His mission, which will begin during Hanukkah, will focus primarily on the community of Vysoky in southern Russia and will include teaching Hebrew...

¡Shalom a todos! Hablamos con Pavel Kazantzev (Zanin), que es sobotnik y vive en Zima: -Por favor, Pavel, cuéntanos a mí y a nuestros amigos en Jerusalén sobre tu vida, tu historia, la de tu padre y la de tu abuelo. Pavel dice que los sobotniks llegaron a Zima en el siglo XIX, desde diversas zonas de Rusia central. Su padre era judío, pero su madre era sobotnik. Reitera una vez y otra que los sobotniks fueron enviados a Siberia desde Rusia central. Pavel se corrige y dice que su bisabuela materna no llegó de Rusia central sino de Ucrania, de la zona de Poltava, y a su marido (que era judío), lo conoció allí, cuando viajó a esa región en una misión de trabajo.