Parashá Shemot

Parashá Shemot

Parashá Shemot por el Rav Reuven Tradburks

El pueblo judío está en Egipto. Un nuevo Paró está preocupado por el tamaño del pueblo judío. Decreta trabajo forzado, infanticidio y ahogar a los infantes varones. Nace Moisés y se cría en la casa de la hija de Paró. Al ver el maltrato a los judíos, se escapa a Midián, se casa y se establece allí. A la edad de ochenta años, Moisés encuentra la zarza ardiente. D-os le indica que vaya a Paró, y que exija, en el nombre de D-os, que libere al pueblo judío. Luego de tratar de rechazar esta misión, Moisés va a Paró. Paró aumenta la carga. La gente se queja.

1ª Aliya (1:1-17) Setenta Bnei Israel descienden a Egipto. Crecen enormemente llenando la tierra. Surge un nuevo rey que no conoció a Yosef. Él trata de debilitar sus números, temiendo que los judíos se unan a los enemigos de Egipto. Un impuesto al trabajo es seguido por trabajo oprimente. Entonces se les ordena a las parteras que maten a los bebés judíos. Las parteras le temen a D-os y no les prestan atención a las órdenes de Paró.

El libro de Shemot, del Éxodo es radicalmente diferente que Bereishit. Bereishit fue la historia de gente: Abraham, Isaac y Yaakov, Sara, Rebeca, Rajel y Lea. Luego Yosef y sus hermanos. Y superpuesta a la historia de la gente está el proverbio Divino, “Te entrego la tierra prometida a Abraham”. Casi es como una canción con un coro, cada persona es el verso con el coro repetido de la promesa de D-os de la tierra. Abraham y su vida con la promesa de D-os repetida. Isaac y su familia con la promesa de D-os repetida. Yaakov y luego la historia de Yosef con la promesa de D-os repetida. En Bereishit la gente está en el centro de la acción, con D-os omnipresente, pero de pocas palabras, la promesa repetida.

En Shemot, D-os y el hombre intercambian lugares. Es la historia del control Divino sobre el destino judío. Él es el Director Principal, el pueblo judío solamente actores de escena. Él no sólo acecha con repetidas promesas. Él actúa, domina, controla, manipula. Él inicia, comunica, manda. Más tarde, en Sinaí, Él se revela.

Pero su aparición comienza sólo cuando tocamos fondo.

Paró actúa para debilitar al pueblo judío. Acciones perversas, incluyendo asesinato. Las parteras temen a D-os, se rehúsan a asesinar. No se mencionan las acciones de D-os. Hemos visto esto antes. Tal como es aquí, el nombre de D-os está ausente en la venta de Yosef. Podemos descender vertiginosamente por cuenta propia. El hombre puede actuar cruelmente por su propia cuenta. D-os aparece cuando tocamos fondo.

2ª Aliya (1:18-2:10) Las parteras defienden sus acciones ante Paró. Moisés nace y se lo pone en una canasta en el agua. La hija de Paró lo rescata. Miriam hace arreglos para que la madre de Moisés lo amamante. Es regresado a la hija de Paró y nombrado Moisés.

Cuando Moisés nació, su madre “vio que era bueno”. Y se le puso en el agua, aunque sea en una canasta. Estos dos elementos, agua y “fue bueno” nos recuerdan inmediatamente del primer día de la creación. En el comienzo “el espíritu de D-os flotaba sobre las aguas” (Genesis 1:2) Y cuando se creó la luz “D-os vio la luz y era buena”. El haber puesto a Moisés en el agua y su madre “vio que era bueno” pudiera ser la manera en que la Torá nos dice que está ocurriendo una nueva historia de creación: con el nacimiento de Moisés un nuevo amanecer para el pueblo judío.

3ª Aliya (2:11-25) Moisés madura. Sale a ver las tribulaciones de sus hermanos. Defiende a un judío matando a su agresor egipcio, y luego salva a un judío de un agresor judío. Él se escapa a Midián para salvar su vida, ayuda a las hijas de Itro, Itro le da la bienvenida, se casa con Tzipora, y tiene a un hijo Gershon. “Porque soy un extranjero en un país extranjero”. D-os ve el sufrimiento de los judíos y recuerda su pacto con Abraham, Isaac y Yaakov.

Moisés nombra a su hijo Gershon porque “yo soy un extranjero”. ¿A qué país extranjero se refiere? ¿Siendo un judío en Egipto? ¿O siendo un judío en Midián? ¿Dónde está el hogar de Moisés?

La historia hasta este punto es la historia de gente: D-os todavía no apareció. En un mundo sin la presencia de D-os, hay gente buena y gente mala. Paró, malvado. Las parteras, buenas. Los padres de Moisés, valientes. La hija de Paró, buena. La hermana de Moisés, altruista. El egipcio amo de esclavos, cruel. Los judíos luchando, violentos. Itro, acogedor.

¿Y Moisés? Sale. Preocupado. Ayuda a los que necesitan ayuda. Siente angustia, un extranjero.

D-os aparece. Su nombre aparece cinco veces en tres versículos. Todo cambia ahora. O tal vez, no. Hasta este punto, ¿Él ha instrumentado toda la actividad humana, o se trata de la gente haciendo lo que la gente hace? ¿Algunas cosas buenas, otras no? ¿O solamente marionetas en las Manos del Titiritero?

4ª Aliya (3:1-15) Moisés y la zarza ardiente. Moisés, Moisés, Hineni. D-os habla, Moisés se acobarda. D-os le dice: He visto el sufrimiento de Mi gente. Yo los salvaré de Egipto y los traeré a la tierra de leche y miel. Te enviaré a Paró y él liberará a mi gente de Egipto. Moisés resiste: ¿quién soy yo para ir a Paró? Y el pueblo judío preguntará quien me mandó. D-os le dice: diles que te envió el D-os de tus ancestros, de Abraham, Isaac y Yaakov.

Toda la historia de la Torá cambia aquí. D-os pasa de la fuerza oculta detrás de la acción humana a dictar directamente la actividad humana. Él le dice a Moisés que Él sacará al pueblo judío de Egipto y lo traerá a la tierra de Israel. Hasta ahora, el pueblo judío vivió con la promesa de la tierra, pero no con su cumplimiento. No han visto la Mano de D-os, pero más bien la notaron detrás de los eventos. Como Yosef dijo: “D-os me trajo a Egipto para salvar a la familia”. Él nunca escuchó eso. Él atisbó detrás del velo y lo descubrió.

Ahora el velo está corrido. Se le dice a Moisés, en detalle exactamente lo que pasará. Paró sacará a los judíos. La historia del Éxodo de Egipto es una base de la creencia judía porque es una demostración evidente y directa de la Mano de D-os en nuestra historia. Es Su mano en plena exhibición, no detrás del velo.

5ª Aliya (3:16-4:17) D-os continúa: Junta a la gente. Diles que los llevaré a la tierra. Ellos escucharán. Ve a Paró. Yo sé que él no escuchará. Yo castigaré a los egipcios. Estarás cargado de oro, plata, y vestimentas de los egipcios. Moisés todavía está convencido de que la gente no le creerá. D-os le da señales: el bastón se transforma en serpiente y luego vuelve; la mano se vuelve leprosa y luego vuelve. Y el agua a sangre. Moisés resiste: no hablo bien. D-os dice: Yo le doy el habla al hombre. Enviaré a Aarón contigo. Él hablará. Lleva tu bastón.

La reticencia de Moisés es notable. Abraham no puso reparos a un mandato particularmente severo de sacrificar a su hijo. Noé tampoco cuando se le dio una orden que traería burlas. Moisés es un líder a regañadientes. Pero esto también es informativo. Moisés no es un hombre impulsado por una misión, un gran líder carismático que lleva a su gente de la opresión a la libertad, mostrando el poder de la resolución humana en vista de la injusticia. Y después de todo, tiene ochenta años, un poco tarde para guiar a su gente.

El líder carismático llevando de la esclavitud a la libertad seria una gran historia. Pero no es nuestra historia. Nuestra historia es la Mano Divina guiando eventos humanos a través de un líder renuente. Esta no es la historia de Moisés. Es la historia de lo Divino. Incluso el gran refrán “deja ir a mi gente” no es Moisés hablando. Más bien es “deja ir a Mi gente”. Es Moisés citando a D-os para Paró- el sólo es el mensajero.

6ª Aliya (4:18-31) Moisés recibe la bendición de Itro para regresar a Egipto. D-os le dice a Moisés que los que buscaban su muerte, han muerto. D-os le dice que le diga a Paró: D-os dice que Israel es mi primogénito. Deja ir a mi Hijo, porque si no lo haces, mataré a tu primogénito. Tzipora circuncida a su hijo. Aarón saluda a Moisés. Ellos juntan a la gente. La gente cree que D-os los liberará.

D-os le agrega algo más a Moisés; Israel es Mi primogénito. Como si dijera- “Moisés esta es una historia de amor. Yo veo al pueblo judío como si fuera mi querido primogénito”. Y la negativa de Paró resultará en el castigo Divino. Nuestra típica característica occidental no se siente cómoda con estos conceptos esenciales del judaísmo: la Mano de D-os en la historia, el amor de D-os por el pueblo judío, el castigo Divino. Como el Rabino Sacks, bendita sea su memoria, dijo: Radical entonces. Radical ahora.

7ª Aliya (5:1-6:1) Moisés y Aarón se acercan a Paró pidiendo una jornada de tres días al desierto para celebrar. Paró se niega. Aumenta el trabajo. Hay un conflicto entre los trabajadores judíos y los supervisores egipcios. Los judíos critican a Moisés porque su carga de trabajo aumentó. Moisés de queja a D-os. D-os le asegura que, a través de una mano fuerte, Paró los arrojará.

Que gran lección: incluso cuando D-os Promete, no piensen que el camino es fácil. Sus promesas chocan con la incómoda realidad de los seres humanos. El plan de salida de los judíos se encuentra con la realidad de Paró y su resistencia. Paró descarrila el plan, por lo menos en parte. Esa es la lección: el hombre merodea mientras que se desarrolla el plan Divino; para arriba y abajo, para adelante y para atrás. Pero la resistencia no tiene que entorpecer el final. El final vendrá. Tal vez más tarde más bien que más temprano. Pero una Promesa es una Promesa.

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