Parashá Ki Tavó

Parashá Ki Tavó

Parashá Ki Tavó

Por: Rav Reuven Tradburks

Esta parashá comienza el curso final de nuestra Torá. El libro de Devarim se trata del largo discurso de Moisés al final de su vida. Su discurso está bellamente elaborado, una obra maestra del pasado, presente y futuro. Él comenzó con una revisión de nuestra historia, incluyendo éxitos y fracasos y sus lecciones para el inminente asentamiento de la tierra. Luego delineó como se debería ver una sociedad judía; 170 mitzvot incluyendo monoteísmo ético en toda su riqueza, la edificación nacional del poder judicial, la legislatura, y el poder ejecutivo, y los altos niveles éticos en la vida de los individuos. Parashá Ki Tavó tiene sólo seis mitzvot. Es el comienzo de la conclusión de lo que Moisés le encargó al pueblo. Es seguido de cuatro parashiot muy cortas, que combinadas serían una parashá larga. Mientras tanto, siguiendo Ki Tavó, apenas estamos a la distancia de una parashá del final de la Torá. Este es el final de nuestra Torá. Esta sección no trata de la tarea inmediata; el inminente asentamiento en la tierra. Contempla el futuro, el futuro distante; al exilio que le sigue al exitoso asentamiento de la tierra.

1ª Aliya (Devarim 26:1-11) Cuando estén establecidos en la tierra, traigan sus primeros frutos como una ofrenda. Al dedicarlos declaren lo siguiente: Mis antepasados descendieron a Egipto, fueron esclavizados, dieron quejas y Tú los liberaste con un brazo fuerte, trayéndolos a esta tierra de leche y miel. Y yo reconozco que me beneficié de todo ello, regocijándome con todo lo bueno que me ha sido dado.

Esta mitzva de bikurim, de los primeros frutos, es importante. Aparte de su propia riqueza, es importante en el relato de Devarim. En bikurim, el agricultor exitoso muestra plenamente cuan afortunado es de encontrarse en este lugar. Él se apoya en los hombros de nuestra historia. Egipto, liberación, la tierra, y ahora yo, en mi pequeñez, disfrutando de la abundancia de la tierra. Es una hermosa mitzva de gratitud y aprecio. Pero también está presagiando. Sepan mi gente, está diciendo Moisés, sepan que esta es la manera en que deben vivir. Agradecido, consciente, con sentido de historia, poniendo a D-os en el centro de tu éxito. Y alegrándose, teniendo simja. Este es un presagio de las terribles maldiciones que Moisés trazará si este ideal no se cumplirá. Esta es la manera que debe ser. Y puede ser.

2ª Aliya (26:12-15) En el tercer año, declaren que todos los diezmos han sido entregados: he dado los sagrados diezmos, así como los del Levi y los necesitados. He hecho todo lo que se me ordenó hacer. Contempla de Tu lugar sagrado en los cielos y bendícenos en esta tierra que fluye con leche y miel.

La división de las parashiot de la Torá deseaba que estas dos mitzvot sean incluidas en Ki Tavó y no en las listas finales de Mitzvot de Ki Tetzé. Porque Moisés ya no está preocupado por cómo será la vida judía en la tierra. Más bien se está preparando para relatar las maldiciones. Él ha descrito las bases de la sociedad judía que está por ser creada. Ahora está mirando hacia el futuro. Cuando ya no estamos en la tierra. Puede ser totalmente desmoralizante escuchar a tu líder hablando de tu pronto fracaso. De modo que Moisés debe dar aliento. Aquí tienen algunas mitzvot que cumplirán como agricultores. La gente piensa: seremos agricultores exitosos, trayendo los primeros frutos, y dando diezmos. Una imagen de éxito. Eso da aliento.

3ª Aliya (26:16-19) Hoy D-os les está ordenando que cuiden Sus leyes con todo el corazón. Hoy declaran que Él será vuestro D-os y cuidarán todas Sus leyes. Y Él declara que serán una nación valorada, que los elevará para que sean una nación gloriosa y sagrada.

Una declaración breve pero poderosa. Ambos estamos comprometidos: nosotros con Él, Él con nosotros. Esta es nuestra noble vocación. Toda la Torá ha sido esta historia, somos Su gente, Él es nuestro D-os.

4ª Aliya (27:1-10) Moisés y los ancianos dictaminaron: cuando entren a la tierra, establezcan un monumento de piedras con esta Torá entera escrita sobre ellas. Construyan un altar delante, ofrezcan sacrificios, y alégrense ante vuestro D-os. Moisés, los Cohanim, y los Levitas hablaron: sepan que hoy son el pueblo de D-os.

Monumentos, piedras, permanencia. La Torá será permanente en la vida de la tierra. Tomen nota de la gente que Moisés recluta aquí: primero los ancianos se le unen sometiendo a la gente. Luego los Cohanim y los Levitas. El estímulo para la gente viene de todos los niveles de liderazgo.

Y la palabra Hayom, hoy, ocurre tres veces en cuatro versículos de la aliya previa y tres veces en diez versículos en esta aliya. Rashi comenta que deberíamos sentir los mitzvot como si nos los hubieran dado hoy; nuevos, emocionantes, importantes. Pero el otro lado de esta relación recíproca también debería sentirse nueva diariamente; que debiéramos sentir diariamente, todo el tiempo, que D-os nos ve a nosotros como su valorada nación. Los mitzvot deben ser nuevos, la majestuosidad de nuestro estado debiera ser también flamante diariamente.

5ª Aliya (27:11-28:6) Moisés le ordenó al pueblo: seis tribus estarán en Har Gerizim, seis tribus en Har Eval. Los Levitas estarán entre las montañas, diciendo lo siguiente, ratificado con Amen por la gente. Maldito es el que: hace ídolos en privado, maldice a sus padres, cambia los límites del terreno con su vecino, engaña al ciego, manipula la justicia de los débiles, comete incesto, golpea a otro en privado, recibe un soborno que resulta en castigo corporal, o fracasa en el cuidado de la Torá. Las Bendiciones y Maldiciones: si cuidan los mitzvot, serán un pueblo glorioso. Serán bendecidos con hijos, frutos, y rebaños.

La dramática presentación de quién es maldito es destacada, todas las cosas hechas en privado. Con todas las necesidades de liderazgo comunitario, el núcleo de nuestra vida religiosa es nuestra relación con D-os. Las cosas que hacemos en privado son las que verdaderamente comunican nuestra lealtad. Cuando nadie está mirando, Él lo hace. Y esto presagia las bendiciones y maldiciones siguientes. Nosotros nunca podremos estar en una posición de juzgar la plenitud de la virtud o los fallos de nuestra gente, porque, quien puede ver los corazones de los seres humanos.

6ª Aliya (28:7-69) Serán bendecidos con éxitos militares, con la abundancia de los tesoros de D-os, y sobresaliendo sobre otros. Pero si no guardan los mitzvot: serán maldecidos. En descendencia, frutos, rebaños, enfermedades. Los perseguirán los enemigos. Serán carroña en los campos. Enfermedades, ceguera, demencia, errantes sin dirección. No disfrutarán de los frutos de sus labores, les serán arrebatadas. Todo esto los llevará a la locura. Serán llevados a otras naciones donde servirán a sus ídolos. Allí no tendrán éxito con sus esfuerzos. Se hundirán y otras naciones surgirán. Serán ridiculizados como unos que abandonaron a D-os, negándose a servirle con su éxito. Todo se desintegrará; vuestra familia, vuestra estructura social, aquellos queridos por ustedes. Las enfermedades los aniquilaran. En lugar de ser las estrellas de los cielos, serán minúsculos. Serán lanzados alrededor del mundo, sirviendo ídolos, sin encontrar consuelo, día y noche con temor. Incluso terminarán nuevamente en Egipto, el lugar al que nunca debieran regresar. Este es el convenio de las planicies de Moab.

Esta es la aliya de las maldiciones, lo que ocurrirá por abandonar a D-os y a los mitzvot. Y es extensa, con 63 versículos una de las más largas de toda la Torá. En esta, Moisés va mucho más allá del presente. Se entiende que ha estado preocupado con lo que es necesario para edificar exitosamente a una nación judía. Ha descrito lo que podemos esperar de la vida en la tierra, sus desafíos, tal como la idolatría, y su gloria, su abundancia. Ahora avista el futuro distante. Habrá un tiempo de exilio. Yo sé, todavía ni siquiera hemos entrado en la tierra, pero habrá un tiempo en que perderemos esta tierra. Vamos a carecer de gratitud, de lealtad, y seremos desterrados. Nuestra experiencia en el exilio será horrible; enfermedad, fracaso, inseguridad, total desintegración social. ¿Y cómo termina todo? Bueno, no termina. No hay un final feliz. Nos dejan en suspenso, errantes, sufriendo, anulados. Pero, eso es esta parashá. En la más hermosa de las parashiot de la Torá, Moisés regresa para hablar del futuro, en la parashá de Teshuva en la semana que viene. Pero, el terminar la parashá de las maldiciones sin un desenlace es poéticamente poderoso, dejándonos con un sentimiento de pavor terrible.

7ª Aliya (29:1-8) Moisés llamó al pueblo y habló: Ustedes vieron todas las maravillas de Egipto, pero ha tomado todo el tiempo hasta hoy para entender su significado. Él los guio, derrotó a naciones, y les entregó sus tierras. Por lo tanto, mantengan este convenio para vivir con discernimiento.

Esta engañadora y corta aliya tiene una breve, sorpresiva, y profunda declaración. “Ha llevado hasta el día de hoy para entender nuestra historia”. Nunca debemos permitirnos el ser superficiales, pretenciosos, de sentir que entendemos la historia y los caminos de D-os. Les llevó 40 años a aquellos en el desierto para apreciar plenamente su historia, la dinámica de D-os en su historia. Entender Sus caminos no es fácil.

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